HÉROE NACIONAL
CORONEL: ALFONSO UGARTE Y VERNAL
(IQUIQUE, 13 DE JULIO DE 1847-ARICA, 7 DE JUNIO DE 1880)
Fue un empresario, comerciante, agricultor y militar peruano, héroe de la Guerra del Pacífico. Ascendió en el escalafón militar hasta el grado de Coronel y fue jefe de la Octava División en la defensa de Arica durante dicha guerra. En esta batalla (batalla de Arica, 7 de junio de 1880) estuvo bajo el mando del coronel Francisco Bolognesi y murió defendiendo la bandera patria de manos del enemigo al lanzarse al mar con ella, defendiendo así el honor de la bandera nacional.
Alfonso Ugarte y Vernal, nació en la ciudad de Iquique, provincia
de Tarapacá. Su partida de bautismo, según consta en el libro N.º siglo 26 de la
parroquia de San Lorenzo de Tarapacá, está fechada el 13 de julio de 1847. Como
en esta partida no se menciona el tiempo transcurrido desde su nacimiento, se
supone que nació ese mismo día. Sus padres fueron ricos comerciantes
tarapaqueños: don Narciso Ugarte y Rosa Vernal Carpio. Estudió en su ciudad natal
y en Valparaíso, donde se graduó de contador. En 1876 regresó a
Iquique, donde trabajó administrando las empresas salitreras de su familia, y en el sector
público llegó a ser alcalde de Iquique en 1876, miembro de la
Beneficencia local y uno de los fundadores (diciembre de 1870) de la Compañía de Bomberos de Iquique, una de las más
antiguas del Perú, llegando a ser tercer teniente de la misma.
Al inicio de
la Guerra del Pacífico, Ugarte se
encontraba en preparativos para viajar a Europa por asuntos
de negocios de la firma Ugarte Zeballos y Compañía que él mismo había creado.
Sin embargo, decidió quedarse en su ciudad natal para contribuir personalmente
en su defensa. Organizó un batallón con su propio dinero, batallón integrado
por obreros y artesanos de Iquique, al que nombró como el Batallón
"Iquique N° 1". Este batallón estaba conformado por 429 soldados y 36 oficiales, cuyo mando Ugarte
asumió.
Participó en
la batalla de San Francisco y en la batalla de Tarapacá. En esta última,
tras poner en fuga a la caballería chilena con el fuego de su batallón, fue
herido de bala en la cabeza. A pesar de estar herido siguió combatiendo y
recorrió el campo para evitar que se cometiera el repase de los caídos. Tras la
victoria se negó a ser conducido a Arequipa para su curación; cuando contrajo
el paludismo tampoco quiso pedir licencia
por salud. Se replegó junto con el ejército peruano y la
población tarapaqueña hacia Arica.
En la plaza de Arica asumió como Comandante de la Octava División del Ejército del Sur
y participó en las dos Juntas de Guerra que convocó el anciano coronel Francisco Bolognesi, en las que se
tomó el acuerdo de defender la plaza «hasta quemar el último cartucho».
Murió combatiendo
denodadamente en la batalla de Arica, lo que es de
admirar tratándose de un civil y no de un militar de oficio. Varios relatos
señalan que se lanzó montado en su caballo desde la cima del Morro, llevando
consigo la bandera del Perú, para evitar que
el enemigo la tomara como trofeo, muriendo estrellado entre las rocas. Como
prueba de lo temprana de esta versión, el 21 de junio de 1880, a solo 15 días
de la batalla de Arica, el diario limeño La Patria describía
así la muerte de Ugarte:
"El último acto de la corta pero interesante carrera de Alfonso Ugarte
revela cuanto era capaz esa alma verdaderamente grande. Acosado por
innumerables enemigos, vencido ya en la cumbre del Morro histórico,
presenciando la mutilación de los caídos, la profanación de esas reliquias
sagradas del heroísmo, quiso sustraerse a las manos enemigas y clavando las
espuelas en los ijares de su caballo, se lanzó al espacio desde aquella inmensa
altura para caer despedazado sobre las rocas de la orilla del mar."
Este testimonio
debió ser transmitido por testigos oculares y se dice también que durante
muchos días quedó a la vista la osamenta de un caballo desbarrancado al pie del
morro. El historiador Clements R. Markham consigna
también esta versión en su obra histórica sobre la guerra del Pacífico. Sin
embargo, si bien en los partes peruanos sobre la batalla de Arica se menciona a
Ugarte como uno de los caídos en el morro al lado del coronel Bolognesi, en
ninguno de ellos se habla de su lanzamiento al mar a caballo. No obstante, se
debe tener en cuenta que por entonces no se acostumbraba en los partes a dar
detalle de la forma de la muerte de un combatiente.
Un testigo del
hecho fue un oficial chileno que combatió en el morro de Arica, quien, en una
carta que el autor chileno Pascual Ahumada publicó en su libro Guerra
del Pacífico: documentos oficiales, afirma que Alfonso Ugarte, como enemigo
le pareció que huía, ya que no daba batalla y que lo vio despeñarse.
Inmediatamente que se restableció la tranquilidad, fuimos en ayuda del
4°, que atacaba el Morro, pues en el otro fuerte el enemigo hizo muy poca
resistencia i se replegó a aquél; pero en el Morro la resistencia fue floja por
el desaliento que se había apoderado de nuestros enemigos, así en pocos
momentos quedó en poder del 4° es formidable obra de la naturaleza. Ahí pereció
el bravo Bolognesi, el comandante Moore, el coronel Ugarte, que al huir se
despeñó. Por casualidad escapó herido el coronel argentino Sáenz Peña i el
coronel La Torre.
Carta de un oficial chileno del 3° combatiente en el morro de Arica,
Posteriormente el
periodista chileno Benjamín Vicuña Mackenna, al describir los reductos o
defensas de Lima en 1881, reconoció la muerte de Alfonso Ugarte como acaecida
por despeñamiento desde la cima del morro, rectificándose de lo que había
publicado en una obra anterior, esto es, que su cadáver fue arrojado al mar.
Con fecha 17 de diciembre el dictador
[Piérola] había dispuesto asimismo que a la fortaleza de Miraflores mas vecina
al mar se le diese el famoso nombre de Alfonso Ugarte, en memoria del bizarro
mozo que, como La Rosa en Iquique, se habia despeñado al océano desde la cumbre
del morro de Arica.
Periodista chileno Benjamín Vicuña Mackenna (1881).3
El cadáver de
Ugarte fue hallado al pie del Morro, tal como lo consignó el párroco de Arica,
José Diego Chávez, en el libro de entierros, con fecha del 15 de junio de 1880,
siendo colocado el cuerpo en un nicho del panteón local.
El cuerpo
identificado como el del coronel Alfonso Ugarte fue traído a Lima en 1890, junto con los restos de otros combatientes caídos en la
guerra. En la edición del 10 de julio de 1890 del diario limeño El Comercio, se menciona que
antes de la repatriación, su cajón fue abierto en Arica y «se encontraron fracciones
del cuerpo y un calcetín de hilo con la marca de su nombre». Un grupo de
ilustres tarapaqueños llevaron los restos en fúnebre cortejo hasta el mausoleo
del mariscal Castilla.
Años más tarde,
dichos restos fueron depositados en el mausoleo familiar que había construido
la madre del héroe en el cementerio de Lima. Posteriormente fue trasladado a la
Cripta de los Héroes de la Guerra de 1879, en el Cementerio
Presbítero Maestro, donde reposa actualmente, en el tercer nivel,
dentro de un sarcófago.
Intentando
dilucidar la controversia sobre el cadáver del héroe, Geraldo Arosemena Garland
logró en 1979 –en su calidad de presidente del Centro de Estudios
Histórico-Militares del Perú– la autorización de abrir la supuesta tumba de
Alfonso Ugarte, encontrando, efectivamente, sus restos y parte de su uniforme
envueltos en una bandera peruana. Estaban en buen estado, sobre todo el cráneo
y la cara.
El testamento ológrafo del coronel
Ugarte fue notarialmente abierto en Arequipa el 8 de julio de 1880, dado que Iquique,
Perú, ciudad donde se había suscrito, había sido ocupada por el ejército
chileno durante la campaña de Tarapacá, el documento que
consta de 15 páginas y contiene las últimas disposiciones patrimoniales y
personales del héroe de Arica.
"(pág. 1) En Iquique a los cuatro días
del mes de Noviembre de 1879 yo el abajo suscrito Alfonso Ugarte hago mi
primero y quizá último testamento con motivo de encontrarme de Coronel del
batallón "Iquique" de la Guardia Nacional y tener que afrontar el
peligro contra los ejércitos chilenos que hoy invaden el santo suelo de mi
Patria y a cuya defensa voy dispuesto a perder mi vida con la fuerza de mi
mando.- Declaro que soy cristiano, que profeso y creo en la Religión Católica y
que vivo y muero en tal creencia...(pág. 15) Si en algo soy injusto aquí; si he
olvidado algún deber, suplico a todos me perdonen, pues en los momentos en que
escribo esto me encuentro apurado, con mis deberes militares y del negocio y mi
ánimo completamente aniquilado al pensar en que puedo desaparecer en esta
campaña y abandonar a mi madre y hermanas que necesitan de mi apoyo. Iquique,
noviembre 6/1879. Fdo. Alfonso Ugarte".
Testamento del coronel Alfonso Ugarte.4
ALFONSO UGARTE EN EL ARTE Y LA LITERATURA
En plena guerra se
empezó a realizar obras teatrales sobre la batalla de Arica; al respecto, se ha
descubierto un afiche chileno donde se ve a Alfonso Ugarte arrojándose desde el
morro de Arica en su caballo y perseguido por cinco soldados que enarbolan la
bandera chilena. En la ilustración, Ugarte no tiene la bandera peruana en sus
manos.
Existen dos
pinturas célebres que representan al héroe portando la bandera peruana y
lanzándose a caballo desde el Morro de Arica. Una es obra del
pintor limeño Juan Lepiani y la otra es del artista italiano Conde Lodovico Agostino Marazzani Visconti en 1905. Esta
última se exhibe en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e
Historia del Perú, ubicado en la plaza Bolívar de Pueblo
Libre, Lima.
La literatura y la
poesía han hecho también suya la versión popular de la muerte de Ugarte. El
poeta José Santos Chocano, en su célebre
“Epopeya del Morro”, versifica la muerte del héroe de la siguiente manera:
De pronto, en su corcel, entre el tumulto
que arrolla el invasor, rápida avanza
Alfonso Ugarte: esgrime un meteoro.
Tal en las sombras del dolor oculto
brilla a veces un rayo de esperanza...
que arrolla el invasor, rápida avanza
Alfonso Ugarte: esgrime un meteoro.
Tal en las sombras del dolor oculto
brilla a veces un rayo de esperanza...
Es blanco su corcel (cascos de oro
y pupilas de Sol). Rasga la bruma
como flecha veloz; y sobre el alta
cumbre erguido en dos pies, salpica espuma
con relincho de horror... ¡y luego salta!
y pupilas de Sol). Rasga la bruma
como flecha veloz; y sobre el alta
cumbre erguido en dos pies, salpica espuma
con relincho de horror... ¡y luego salta!
Estrellóse por fin
en la ribera;
y la ola al besarlo lastimera
lo envolvió en la mortaja de su espuma:
mientras un solo instante, uno tan solo,
detuvo su fragor la lucha fiera;
que todos, todos, con sorpresa suma,
parecían mirar entre la bruma
el rayo aún de esa veloz carrera...
y la ola al besarlo lastimera
lo envolvió en la mortaja de su espuma:
mientras un solo instante, uno tan solo,
detuvo su fragor la lucha fiera;
que todos, todos, con sorpresa suma,
parecían mirar entre la bruma
el rayo aún de esa veloz carrera...
EL AUTOR CHILENO JORGE INOSTROZA C. HA NOVELIZADO EL EPICO SACRIFICIO DEL HEROE:
(pág. 279, tomo 3) ... Al galope nervioso de su caballo, sereno como en
unas maniobras abandonó Alfonso Ugarte el reducto protector y dio vuelta en
torno, para ir hasta los artilleros y fusileros que estaban a espaldas del
cuartel, sobre la arista del morro que da al mar. A una voz suya, todos los
fusiles enmudecieron y los soldados, al volverse, pudieron contemplar la
soberbia estampa del coronel iquiqueño, recortada en el vértice del peñón
contra el telón de fondo del océano. Le vieron también cómo, con un gesto
resuelto se desprendió de su capote y lo echó sobre la cabeza de su caballo.
Luego, irguiéndose, sobre los estribos, gritó con toda su alma ¡Viva el Perú! y
picando espuelas se lanzó al vacío. Con un grito de estupor estrangulado en las
gargantas, peruanos y chilenos, vieron al altivo jinete volar, como en un
caballo alado y describiendo una impresionante parábola, ir a estrellarse
contra las puntiagudas rocas asomadas en la espuma del mar que azota los pies
del morro.
IMPORTANCIA DEL HEROE
Sería injusto
reducir el heroísmo de Alfonso Ugarte a su épica muerte en el morro de Arica.
En realidad, su heroísmo comienza ni bien empieza la guerra, pues siendo un
joven adinerado y proyectando un viaje de negocios a Europa, decidió quedarse
en su patria para contribuir personalmente con su defensa. Los recursos
económicos de su familia los puso a disposición de su país amenazado, en un
singular gesto de desprendimiento. Él mismo, formó, pertrechó, vistió y mantuvo
con su propio peculio a todo un batallón, el Iquique, cuyo mando
tomó. Siendo solo un civil, con improvisada formación militar, demostró valor y
tenacidad en el campo de batalla. Herido seriamente en la batalla de Tarapacá,
no quiso ir a Arequipa a atender su curación. Tampoco cuando contrajo el
paludismo quiso abandonar el servicio. Su heroico sacrificio en Arica fue la
culminación natural de una entrega constante y persistente al servicio de su
patria. «Alfonso Ugarte, el millonario de Tarapacá, el joven apacible, se lanzó
simbólicamente con su caballo a la inmensidad mucho antes del 7 de junio.», ha
dicho Basadre. Cualquiera sea la verdadera circunstancia de su muerte en la
defensa del Morro, nada amengua su categoría de héroe peruano por antonomasia.
COMENTARIO PERSONAL
La importancia del Heroe Nacional : Coronel : Alfonso Ugarte y Vernal, radica en que siendo un joven empresario de Tarapaca, estando de novio para casarse, dejo todo para enrolarse y luchar contra el enemigo chileno invasor, formando el Batallon Iquique, compuesto por (465) Peruanos Valientes, a los cuales compro uniformes, vituallas y pertechos militares, cuando como otros personajes de la epoca (Presidente General Mariano Ignacio Prado) huian al extranjero para refugiarse como cobardes, AlfonsoUgarte hizo todo lo contrario y con su Batallon que el mismo formo lucharon denodadamente en las Batallas de San Francisco, Batalla de Tarapaca, hasta llegar a la Batalla de Arica (07 JUN 1880), donde se inmolo en el Morro de Arica, junto con Bolognesi; lo que lo pinta de cuerpo entero como Heroe Nacional, mas alla del tema controversial si se arrojo o no del morro, o de los mitos y leyendas que se han tejido al torno de este tema, (Nuestra historia Nacional, esta plagada de fabulas, mitos y leyendas) eso no interesa, interesan los hechos que son los que cuentan y los que valen, en que el heroe peleo hasta perder la vida en Arica, a sus 33 años de edad.
CUADRO DEL CORONEL ALFONSO UGARTE Y VERNAL
FOTOGRAFIA DEL CORONEL
ALFONSO UGARTE Y VERNAL
ALFONSO UGARTE Y VERNAL
CON UNIFORME
ALFONSO UGARTE ARROJANDOSE DEL MORRO DE ARICA
CUADRO PINTADO POR EL CONDE ITALIANO
LUDOVICO AGOSTINO, MARAZZANI VISCONTI
CENOTAFIO DE ALFONSO UGARTE Y VERNAL
EN LA CRIPTA DE LOS HÉROES EN EL
INTERIOR DE LA CRIPTA DE LOS HÉROES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. Citado por
Basadre 2005, tomo 9, p. 90.
2. Citado por
Pascual Ahumada, tomo III pág. 200 y 201 en Guerra del Pacifico:
documentos oficiales, y demás publicaciones sujetas a la guerra, que ha dado a
la luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia
3. Benjamín
Vicuña Mackenna - 1881 - Historia de la campaña de Lima, 1880-1881,
pág. 854.
4. Comisión
Permanente de Estudios Históricos del Ejército del Perú. "La Epopeya del
Morro de Arica", 1980.
5. Jorge
Inostroza C., "Adiós al séptimo de línea", Santiago de Chile, 1957
· Basadre Grohmann, Jorge (2005). Historia de la República del
Perú (1822 - 1933), tomo 9. Empresa Editora El Comercio S. A. Lima. ISBN 9972-205-71-1 (V.9).
· Arosemena Garland, Geraldo (1982). El coronel Alfonso Ugarte.
Comisión Nacional del Centenario de la Guerra del Pacífico.
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